lunes, 22 de junio de 2009

Las diversas ciencias enfocan el tema desde distintas perspectivas


· La Psicología: recurre a la inteligencia del sujeto, a su motivación, etc.
· La
Sociología: se fija en los factores sociales, la presión de la sociedad sobre los resultados académicos del alumno.
· La
Pedagogía: se fija en la organización escolar, evaluación, interacción didáctica, etc.
Todos estos factores junto con el
desempleo y la falta de motivación conllevan que se vea el estudio como algo de oscuro porvenir y de dudosa utilidad. La verdadera y profunda causa del fracaso escolar sería la existencia de una escuela que tiene como finalidad mantener la situación privilegiada de la clase dominante.
La
función especifica de la escuela (enseñar y aprender), se encuentra muy desdibujada. El discurso que circula en las instituciones privilegia los aprendizajes socio-afectivos (el control social, en su carácter de disciplinamiento) por sobre los cognitivos resaltando la importancia de la función educadora en la preservación de los jóvenes del riesgo social.
La situación de repetir, hoy, significa acceder a la misma
oferta educativa, a los mismos profesores, los mismos programas y contenidos, la misma evaluación; pero también trae aparejado el alejamiento del grupo de compañeros y el ingreso a un nuevo grupo en el cual probablemente el adolescente será mirado desde el comienzo como el "repitente".
El impacto de la repitencia en
la familia es una situación compleja que se asume, se niega, se oculta, se minimiza, de acuerdo a múltiples variables culturales, en las que opera el grado de instrucción de los padres y la valoración que atribuyen a la educación de sus hijos, las posibilidades económicas de hacer frente al mismo año "nuevamente", la conciencia sobre el derecho a reclamar una educación de mayor calidad para sus hijos.
La falta de afecto en el núcleo familiar (amén de otros
problemas) es un factor desencadenante en más de un 50 % de los casos del fracaso escolar. La primera escuela y el pilar básico en la educación de un niño es su familia. Todo lo que el niño viva, vea, oiga, etc. va a condicionar su vida y le va a tomar como persona. Los niños son como esponjas y todo lo que ven les llama la atención y más en el caso de sus padres, que son como ejemplos a seguir. Por eso es muy común que ante acontecimientos familiares tan desagradables como un divorcio o la desaparición de alguno de los cabeza de familia, el niño vea desintegrado su ambiente y empiece a sentirse desprotegido, abandonándose. Pero en ocasiones las causas de este abandono que desencadena el fracaso no son sólo por problemas familiares, sino por una mala o inadecuada calidad de la enseñanza, falta de medios .
Otro factor incidente en la problemáticas, según Cintia Rajschmir, el accionar del docente el cual puede agravar o mejorar la situación de los alumnos, aparece así la diferencia entre los factores exógenos y endógenos.
Cuando hablamos de factores exógenos, nos referimos a aquellos que en gran medida no dependen de nosotros, en la educación formal contra el
éxito posible. Los factores endógenos, son los factores internos, la escuela puede agravar la situación del niño o mejorarla.
La realidad económica es un factor mas de la deserción, en general el niño desertor es primero choco trabajador y después de un niño de la calle.
En algunos casos la deserción esta centrada en la necesidad de que el hijo suplante al padre desempleado, en el sustento del hogar.
Junto a las condiciones socioculturales de
marginalidad en la que crecen estos chicos, se suma una creciente violencia del medio y la imposibilidad de la enseñanza formal de acompañarlo con una elasticidad en sus programas, de tal manera que si el escolar no puede asistir a clases porque tuvo que ir a trabajar no quede fuera del sistema escolar.

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